lunes, 1 de agosto de 2016

"San Melchor es un héroe extraordinario de la fe"


 (Publicado en "Esta Hora"el 28/7/16)


El padre Vicente Suárez es uno de los misioneros asturianos que se encuentran  estos días en su tierra disfrutando de unos días de descanso. Viene habitualmente cada dos años, y se aloja con  “sus frailes”, en Oviedo, como él mismo dice, donde se siente acogido y a gusto.
Será uno de los misioneros que participen del encuentro de hoy en Covadonga, un lugar al que vuelve siempre que puede, pues no olvida que, según su madre, está vivo gracias a la Santina, a la que le encomendó cuando de niño sufrió una grave enfermedad. 

La figura de San Melchor es un referente para el misionero, quien afirma que se trata de un “extraordinario héroe de la fe”, y que, como tal, “tiene mucho que enseñarnos y animarnos”. “Una persona que sufrió semejante martirio y que fue capaz de afrontarlo por su gran ideal cristiano y el amor que sentía por la gente es un ejemplo impresionante para cualquier cristiano, y desde luego para cualquier misionero”.
 El padre Vicente lleva en el Perú más de treinta años. Un país al que no quería ir de joven porque le daba miedo “todo aquello de la selva”. Sin embargo, tomó la decisión cuando se dió cuenta de que sería feliz “allí donde me sintiera necesario”. A lo largo de todo este tiempo ha podido comprobar el cambio que ha sufrido el  país, para mejor. “Aunque cuando vuelvo a España veo que aquí se vive con más comodidades, Perú hoy no tiene nada que ver con lo que yo conocí al  legar”, afirma. “Sin  embargo –añade– sucede lo de siempre: las cosas mejoran, pero no para los pobres, que siguen siendo pobres, allí y en el mundo entero”.
Tal y como relata el padre Vicente, “lo que le ha dado el empujón al país ha sido el Gas de Camisea, donde se han involucrado las compañías petroleras y la del gas, y han hecho grandes gaseoductos que atraviesan la selva, y van desde el interior hasta la costa”. Los grandes ingresos que ha obtenido el país se han invertido, en parte, en mejorar las infraestructuras, pero “curiosamente, no en colegios o educación”.  Este dominico es testigo de la gran inmigración de los campesinos a los municipios más grandes, buscando un trabajo y unas condiciones más dignas, despoblando las comunidades. Un proceso que parece irreversible. Todo ello también ha provocado cambios a nivel religioso, y señala que el seminario registra menos vocaciones, porque como dijo Jesús “no se puede servir a Dios y al dinero”.